Esta Semana Santa hemos disfrutado de unos días en Navarra, una tierra desconocida para mí de la que me he enamorado por sus paisajes, por su cultura y por su buena gastronomía.
Nuestra primera parada fue Tutela, una de las ciudades de origen islámico más importantes de España y Europa. En ella convivieron durante más de 400 años, musulmanes, judíos y mozárabes, quienes imprimieron a la ciudad un mestizaje cultural reflejado en sus edificios, callejas, murallas y atalayas.
No puedes irte de Tutela sin degustar sus exquisitas verduras de la Ribera, mi recomendación los pintxos de Jose Luis; las croquetas de borraja, las alcachofas o la brocheta de verduras son exquisitas.
Restaurante Jose Luis (Tudela)
Nuestra segunda parada fue Olite, conocida por su castillo-palacio (sede real durante la Edad Media), ejemplo más importante del gótico civil de Navarra.
Un recorrido por las estrechas calles de Olite te permitirá pasear al abrigo de nobles caserones de piedra con escudos y grandiosos aleros de madera.
Castillo-Palacio de Olite.
Otro de los municipios que visitamos, fue Sangüesa conocida por el Camino de Santiago y por la portada de la Iglesia de Santa María, cumbre de románico y monumento nacional.
Iglesia de Santa María (Sangüesa)
Muy cerquita de Sangüesa, se encuentra el Castillo de Javier, fortaleza medieval erigida sobre roca viva, cuna de San Francisco Javier, cofundador de la Compañía de Jesús y uno de los misioneros más universales.
Castillo de Javier
En las cercanías se encuentra el Monasterio de Leyre.
Monasterio de Leyre y embalse de Yesa.
Si lo que os apetece es ver un pueblo con mucho encanto, vuestra opción es Ochagavía, una fotografía perfecta. Es la postal del Pirineo navarro con sus calles empedradas, sus cuidadas viviendas de tejados empinados y su río con un viejo puente medieval.
Ochagavía
Roncesvalles, fue otra de las visitas imprescindibles. La histórica derrota de Carlomagno y el Camino de Santiago la hicieron memorable. Cobijo de caminantes y peregrinos, foco de leyendas y encuentro de cultura.
Roncesvalles
No podemos hablar de Navarra, sin hablar de su capital Pamplona, el alojamiento que elegimos fue el Hotel El Toro, uno de los alojamientos más emblemáticos de Pamplona.
Como visitas imprescindibles en Pamplona cabe destacar el Monumento al encierro, la Calle Estafeta, el parque de la Taconera, la ciudadela, la Plaza del Castillo o la Catedral de Santa María la Real de Pamplona.
Si lo que queréis es disfrutar de unos buenos pintxos, no podéis dejar de recorrer la Calle Estafeta o la Calle de San Nicolás. Yo me quedo especialmente con dos bares, el Bar Gaucho y Picnic.
Monumento al Encierro (Pamplona)
Ayuntamiento de Pamplona
San Fermín (Pamplona)
Como broche final, disfrutamos de uno de nuestros deportes favoritos, el esquí de fondo, en la estación navarra de Larra-Belagua.
Si no conocéis Navarra, os animo a que lo hagáis, no os defraudará.
